Análisis
del lenguaje y de algunos personajes de Coronada
y el toro.
Si entre otras cosas algo
caracteriza el teatro de Francisco Nieva, es el lenguaje que utiliza en sus
obras y que ha sido ya objeto de múltiples estudios. Es un lenguaje
barroquizante, en el que destacan las formas populares y coloquiales, siendo
directo y violento y estando poderosamente influenciado por Valle-Inclán: la
farsa, lo grotesco, el esperpento, etc.
Además se une a todo ello el hecho de que sus obras tienen una actitud testimonial y
de denuncia de las injusticias sociales, expresadas mediante un realismo
directo y critico que tiene al pueblo
como protagonista. Es un teatro de posguerra , de denuncia de la situación
española del momento, es el Nuevo Teatro Español de finales de los años 50 y
principios de los 60.
Todo ello se ve reflejado
mediante los diálogos de los personajes y las acotaciones como veremos a
continuación. Por ello, os invitamos a la lectura de un fragmento del inicio de
la obra para que podáis observar lo mencionado anteriormente y para invitaros
también a que la leáis…
(Comienza. Sale el
alcalde ZEBEDEO y dice:)
ZEBEDEO Han llegado los festejos de
Farolillo de San Blas, pueblo sangrío y de buena cepa, del que soy alcalde
perpetuo y por mi voluntad popular. (Trompetazo de ocultis que subraya
esta afirmación. El alcalde se arrodilla). Señor gobernador de la
provincia, con su puro y sus zapatos de mucho lustre; señor obispo
reverendísimo, vestido con tantas cortinas; señor capitán de la guardia civil
de plomo yo me arrodillo ante sus divinas autoridades y con la antigua cortesía
china de los hidalgos españoles, solicito vuestro permiso para dar la voz en
grito del regocijo en el ínterin. Que así comience la marimorena anual en honor
de nuestro San Blas, santo de madera de olivo, el más viejo y el más santo de
toda la sierra de Mangatoros. (Saca de una mano a CORONADA). Esta
supermoza que me sigue es Coronada, mi hermana mayor que aún no se casó —y
difícil lo veo— por ser tan giganta y por el mal tino que tiene en ser un poco
sabia y mandonera. Pero yo la tengo amaestrada y la enseño para hacer gracia...
Tiene en dote tres cortijos y muy buenas colmenas de hormigas para hacer luto
riguroso cuando se muere algún vecino. ¡Saluda, patosa, persignate ante los
señores y no me des que sentir!
CORONADA Zebedeo, me estás poniendo en vergüenza.
Discúlpenlo sus señorías. No tiene letras y es muy rudo. Te has caído, hermano
alcalde, si piensas que me tienes tan reducida. Con el mayor temblor de mi
pecho esperaba esta ocasión y aquí está. Ésta es mi hora. Si salgo, es a pedir
clemencia para el pueblo de Farolillo y justicia para tantísimos desmanes que
se cometen en él.
ZEBEDEO ¡Traidora, redicha, pies de
lagarto! No te perdono este disgusto. No le hagan caso sus Potencias
Universales que se debe haber vuelto loca por no casarse en su sazón. Es desazón
lo que tiene. El vértigo de las solteras.
CORONADA (Muy hipócrita y modestera). El
corazón dolorido y bañado en Alacoques y Sulpicios de nuestra santa religión,
eso tengo yo. Sí, señores. Pido clemencia para tanto desafuero animal como se
comete aquí. A don Cerezo, nuestro párroco, le tienen apiñonado de miedo para
que no acuse desde el púlpito y le contentan cada año con tres cuarterones de
tabaco para San Blas, que no fuma. Un chantaje, como se dice en las novelas. Y
entre tanto, cada toro que aquí se lidia trae varias muertes en sus cuernos. Si
algún error hemos cometido, para la fiesta estamos sentenciados. A ser
valientes nos condenan y aquí torea todo el mundo. Torean los niños en brazos
de sus abuelas, que tanto los miman. Torea la banda de música, por gusto de ver
saltar el bombo. Torean las viudas para vengar a sus maridos. La religión se
tergiversa y ya no hay dignidad ni sentimientos favorables. Hemos dejado de ser
chinos, como mandaba la urbanidad española y las antiguas costumbres que heredamos
de Hernán Cortés. Todo se pierde y se va por un albollón.
ZEBEDEO ¡Calla, mamancona! ¡Hay que
detener a esta loca!
CORONADA Digo que no hay dignidad y todo es
escarnio y mala saña. Esto no es fiesta, sino un puro revolcadero. Ponen bragas
a los toros para que mueran en ridículo y le entorchan el rabo con pez ardiente
para que iluminen la fiesta por la otra punta. ¿Así bordas tú sobre la
tradición, hermano?
ZEBEDEO ¡Aquí, alguaciles! ¡Panzanegra,
Tenazo, llevárosla, que nos vilipendia y nos pierde! ¡Mala tentación la de
traerte!
(Entran PANZANEGRA y TENAZO,
típicamente caninos y con la lengua afuera, se abalanzan
sobre CORONADA y la retienen, pero ella se zafa de un empellón).
CORONADA ¡Soltadme y no me toquéis,
sicarios! Un detente milagroso llevo en este escapulario que
os va a fulminar a los dos si seguís amagando. (De nuevo se avanza y
proclama). ¡Señores Alticolocados, césares augustos de la provincia!,
el estandarte de mi razón levanto y en nombre de los derechos Tridimensionales
y de la Carta Magna ;
en nombre de la
Convención Puericultora de Ginebra y en nombre de la primera
Constitución del Parto de los Montes en el Peristilo de Washington, pido con
sello de urgencia que se intervenga en esta salvajina descomunada y
antihumana. (Tremolando la palabra). ¡Que la paloma candil
salga a iluminar el mundo de entre las enaguas del Papa y la Paz —que es tan paciente— se
tome ya sus derechos y se pidan responsabilidades! (Alocándose cada vez
más)¡Gloria a Dios en las alturas y pies para qué os quiero a los enemigos
de la Salud Pública !
ZEBEDEO ¿Dónde aprendiste a echar
discursos, mala rabadana? Esas ideas de exprés‑progreso te van a costar el
pellejo. ¿No lo ves? Mira el ceño que te pone la Presidencia Alticolocada.
Tú me has querido perder y te vas a llevar un chasco. Mira a los tres supremos
mandaderos cómo se consultan entre ellos y se rascan la frente los unos a los
otros. Ahora soy yo quien se dirige al Gobernador: Muy Señor mío y Besopiés,
¿qué hago con ella? ¿La degüello en el tajo de la cocina?
CORONADA No te darán ese permiso las más
finas autoridades. Son padres de familia con cuarto de baño y con el alma en su
almario. Son hijos de sus mujeres y saben quién era Isabel, Agustina, María
Pita y Antonia Mercé en su mesa petitoria. Yo también pido con guantes y sé
cómo se dirige una a los altiplanos para que le echen una mano de caballeros.
ZEBEDEO Una mano de palo duro es lo que
te mereces y una buena condenación a sombra, como a Marauña.
CORONADA ¡Ahí es otra, señores míos! ¿No
saben quién es Marauña? Pues es un pobre muchacho, hijo de viuda muerta —lo que
ya es el colmo de los rigores—, al cual tienen subsistente y de perpetuo en la
cárcel por una falta mal sabida y que dan suelta por estas fechas, por haber
dicho una vez que quería ser torero. ¿Y para qué lo libran? Para que quede muy
mal y le dé gusto a la afición en sus ganas de fracaso y mala suerte. ¡El
infeliz! Por lo menos que le manden a pelear a Mauritania con el ejército y
allí muera bronceado y fuerte y no con ese color triste, de patata, que tiene
de su cochiquera. Pero no. Cuando se acaba la fiesta, a la cárcel vuelve de
nuevo. Por esto y por mucho más, pido justicia y que le quiten la vara a este
desentrañado hermano alcalde, pues ya me lleva matados con su escopetón de
truenos a tres novios en lo que llevamos de invierno. Ésa es su distracción. Y
luego dice que no me caso...
ZEBEDEO ¡Alevosa! Con el equipo te has
caído. Si los Alticolocados no dicen nada, ya estás sentenciada. Quien calla
otorga. (A los alguaciles). Encerradme ya a esa hembra en 1a
casa que le puse de dote, con seis balcones pintados a la calle para que no se
asomara. ¡No la vea yo más en mi vida!
...
Personalmente pensamos que es una obra para
la que los años no han pasado. A pesar de estar escrita en el año 1974, podríamos decir que describe perfectamente la
realidad del momento que estamos viviendo en España, donde los políticos nos
roban el dinero, o mejor dicho: Los alticolocados o sus Potencias Universales, (como
ustedes prefieran llamarles), que visten con “sus puros y sus zapatos de mucho
lustre”, y hacen chantajes y sobornos para esconder lo que nos quitan mientras
se burlan de nosotros y nos “torean”:
“A don Cerezo, nuestro párroco, le tienen
apiñonado de miedo para que no acuse desde el púlpito y le contentan cada año
con tres cuarterones de tabaco para San Blas, que no fuma. Un chantaje, como se
dice en las novelas. Y entre tanto, cada toro que aquí se lidia trae varias
muertes en sus cuernos. Si algún error hemos cometido, para la fiesta estamos
sentenciados. A ser valientes nos condenan y aquí torea todo el mundo.” (Coronada)
Un país en el que supuestamente no hay dinero
para cubrir las necesidades básicas pero si para fiestas y despilfarros innecesarios:
“Que así comience la marimorena anual en
honor de nuestro San Blas, santo de madera de olivo, el más viejo y el más
santo de toda la sierra de Mangatoros.” (El alcalde Zebedeo)
“Han llegado los festejos de Farolillo de San
Blas, pueblo sangrío y de buena cepa, del que soy alcalde perpetuo y por mi
voluntad popular.” (El alcalde Zebedeo)
Donde el patriotismo a veces es lo único que
importa:
“Esta es Mairena, la gitana que se arrimó a
este pueblo por no andar del todo perdida. Yo la tolero, aunque esté loca,
porque es patriota.” (Zebedeo)
Palabras de un alcalde que desprende cierto
toque “ Torrentino”, queriendo decir con esto que su imagen y su actitud se
podría comparar perfectamente, por no decir que son idénticas, a la del
personaje de Torrente.
Pero a pesar de todo ello, la esperanza no
está del todo perdida. Aunque el pueblo parezca andar ciego ante una situación
en la que él es el único que sale perjudicado, aún existen personas como
Coronada ,que se enfrentan a las injusticias sociales y a las dictaduras
que intentan imponer personajes decadentes
y grotescos, con ganas de lucha y de revolución:
“Si salgo, es a pedir clemencia para el pueblo de Farolillo
y justicia para tantísimos desmanes que se cometen en él.” (Coronada)
“Digo
que no hay dignidad y todo es escarnio y mala saña. Esto no es fiesta, sino un
puro revolcadero. Ponen bragas a los toros para que mueran en ridículo y le
entorchan el rabo con pez ardiente para que iluminen la fiesta por la otra
punta. ¿Así bordas tú sobre la tradición, hermano?” (Coronada)
Pero no hay que confundir todo esto como si
fuera una especie de “dossier” de quejas y reclamaciones, sino como dice el
propio Nieva:
“…no es un “dossier” de quejas ni
reclamaciones, sino una burla sin escrúpulos de lo que por desgaste ha de
terminar resultando arbitrario y obstaculizador para la marcha y el goce de la
vida.”
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