sábado, 21 de abril de 2012




La censura en Fando y Lis






    Presentada por el grupo Bambalinas en mayo de 1966, que poco después la estrenaría en el Teatro Romea de Barcelona, Fando y Lis fue leída por tres censores, que no vieron en ella problemas graves. Dos de ellos, Vázquez Dodero y Luis G.Fierro, se limitaron a autorizarla señalando algún corte, mientras que S. B. de la Torre escribió que en esta obra, “Arrabal mantiene el tono acostumbrado de expresar con aire inocente las más desgarradas expresiones humanas”, y añadía: “Ese tono aleja la peligrosidad aún en las escenas, que con distintos tratamientos resultarían inaceptables”. Finalmente se impuso un doble dictamen: autorizada para funciones de cámara, sin cortes; y para mayores de 18 años, con dos supresiones.



    Cuando se representó, junto con El triciclo, recibió unas críticas severas en su mayoría, que mostraban la distancia que aún faltaba por recorrer para que este teatro se aceptara en España; de ellas, una nos interesa especialmente, la de María Luz Morales, quien se incorporaría poco después a la Junta y votaría por la prohibición de El cementerio de automóviles, como vimos. En su crítica, Morales escribía:



    “Teatro deliberadamente deshumanizado, se salva, no obstante, pese a la aridez de su forma, a la sádica crueldad de su fondo, por lo que en determinados momentos, por ciertos inesperados resquicios, se “cuela” de ternura humana, de sutil poesía, de auténtico humor. En conjunto tragedia sin grandeza, circo sin diversión ni alegría, los valores auténticos de este teatro vienen a perderse en la rigidez esquemática de los contrastes y —lo que es menos perdonable— en un exceso de palabrería difusa y confusa." (Diario de Barcelona)



    Entre 1966 y 1968 esta obra fue presentada por cuatro compañías, sin que variara sustancialmente el dictamen, y en 1969 volvió a presentarse, aunque no aparece reflejado el dictamen que recibió en esta ocasión; es posible que se prohibiera, ya que es en este año cuando se produce el veto.



Berta Muñoz Cáliz, El teatro crítico español durante el franquismo, visto por sus censores, Madrid, Fundación Universitaria Española, 2005.

http://www.xn--bertamuoz-r6a.es/censura/indice.html

sábado, 14 de abril de 2012



(2 de 2) Diferentes puestas en escena de Fando y Lis



Febrero 2011. FANDO et LIS de F.Arrabal.

Dirección: Juan Pablo Cibrián






...fotos de: Diana Cabrera y Juan Pablo Cibrian



Asistentes de dirección: Dámaris Juárez Gámez, Anabel Sánchez, Pamela Hernández, Azucena de la Rosa.
Coreografía: Tania Cardona
Intérpretes: Fando- Oscar Treviño; Lis- Magdalena López Marroquín; Mitaro- Eliud López; Namur-Roberto Páez; Tosso- Daniel Téllez; Bailarines: Tania Cardona, Jessica Quiroga, Grecia Esparza, Lissette Armendáriz, Pauli Rodríguez, Rubén Rodríguez
Telas: Mariana García
Música Original: Ariadna Flores de Hoyos; Oscar González; Mario A. Palomares; Daniel Téllez
Fotografía y diseño gráfico: Diana Cabrera Lozano




Escena Círculo cierra ciclo con “Fando y Lis” de Fernando Arrabal. 03 de mayo de 2011 

Círculo de Bellas Artes de Madrid


CIA Teatro de Cerca


Amor y abuso

    El surrealismo de Fernando Arrabal será el encargado de cerrar el primer ciclo de Escena Círculo, en la sala Fernando de Rojas del Círculo de Bellas Artes. La obra en cuestión, “Fando y Lis”, fue la primera pieza que escribió para las tablas el que a día de hoy es el autor teatral español vivo más representado en el extranjero. Bajo el prisma del humor absurdo, se cuentan los avatares del viaje de unos personajes movidos por el amor y la violencia a partes iguales.

    Hasta la ciudad imaginaria de Tar, Fando debe empujar un carrito en el que viaja Lis, que es paralítica. El sadismo de uno y la dependencia de la otra salpican las situaciones, a las que pronto se suman tres extraños con paraguas, llamados Namur, Mitaro y Toso. La obra no discurre linealmente, por lo que las conversaciones, que puede que tengan o no que ver, empiezan y terminan, y al mismo tiempo, se entremezclan con temas de peso: el exilio, la infancia, la identidad, los sueños…

    La vida del autor está en el fondo del texto, que vivió un exilio interior debido a la división ideológica de sus padres, y posteriormente se exilió a Francia. La compañía Teatro de Cerca, encargada de la puesta en escena de este “Fando y Lis” logró entrar en contacto con el propio Arrabal con ayuda de Alejandro Jodorowsky. A través de este encuentro, se incluyó en el montaje una grabación autobiográfica, precisamente, para incluir su voz en este drama surrealista sobre la falta de comunicación.




CIA Teatro Margen
Teatro Jovellanos, Gijón (Asturias). Marzo 2011














    Fando y Lis de Fernando Arrabal sube al escenario de la mano de Teatro Margen. La historia de dos amantes, Fando y Lis, empecinados en una relación dolorosamente retorcida e imposible, y, a la vez, una visión contemporánea sobre los sueños humanos despedazados por la realidad. Marisa Pastor dirige la última producción de Teatro Margen, con Arturo Castro como ayudante de dirección y autor de la escenografía; vestuario de Azucena Rico y música original a cargo de Adonais Areces.

    Teatro Margen afronta la puesta en escena de Fando y Lis con su habitual solidez. Marisa Pastor dirige esta producción con Arturo Castro como ayudante de dirección y autor, asimismo, de la escenografía y diseño de iluminación; el vestuario es obra de Azucena Rico, mientras la música corre a cargo de Adonais Areces, en una partitura original especialmente compuesta para este montaje.

    Fando y Lis, obra maestra de Fernando Arrabal, y que Alejandro Jodorowsky llevaría al cine en 1967, es uno de los retratos más crudos y a la vez lúcidos y visionarios, sobre la dependencia emocional, el dolor como arma equívoca de placer, las relaciones extremas entre amantes, el eterno conflicto entre libertad individual y sumisión colectiva, y, sobre todo, los hombres y las mujeres en una incansable búsqueda de motivos existenciales.

    "Lis solamente tenía un deseo: que Fando no le pegara más... Había una lancha en la que se subió sin pensarlo. El nombre figuraba en letras rojas: ESPERANZA". Lis tenía la certeza que el mundo por venir había de ser mejor, pero cada paso que daba eran universos de silencio atravesados por gritos de dolor causados por la correa sobre su cuerpo. La realidad descarnada y carente de valores, la soledad, la incomunicación, el temor, la imposibilidad de la felicidad y el sufrimiento hicieron pedazos su sueño”.
(Marisa Pastor)
Vídeo
http://teatro.es/contenidos/RDE11_1/video.php?seccionCartelera=Propuestas&codigoEspectaculo=38545&video=32953604&title=Cartelera. Fando+y+Lis



FILM DE ALEJANDRO JODOROWSKY. 1968













    Fando y Lis es una película mexicana dirigida por Alejandro Jodorowsky, la cual fue estrenada en 1968 y significó su debut como director cinematográfico.

    El filme fue realizado en blanco y negro entre julio y septiembre de 1967, durante los fines de semana, y con un presupuesto modesto.

    Por otra parte esta cinta también es conocida por el hecho de que causó gran polémica al momento de su estreno ya que, además de que el público reaccionó violentamente a la misma por su contenido virulento, su exhibición ocurrió poco después de los sucesos del Movimiento de 1968 en México, por lo que dicha película fue prohibida.


SINOPSIS

    La cinta está basada en la célebre pieza de teatro homónima de Fernando Arrabal, escrita en 1955, de quién se inspiraba Jodorowsky en obras de tipo performance de arte vanguardista realizadas durante esa época en el marco del llamado Movimiento Pánico, el cual fue fundado por Arrabal y Jodorowsky junto con Roland Topor en París, que consistía en mezclar diferentes géneros como el surrealismo, el terror, la fantasía, el humor, el drama y la ciencia ficción y no darle un orden concreto a una historia, sino entremezclarlo sin aparente sentido, como un caos; pero que el espectador pudiera ordenarlos en su subconsciente.

    La película, con sus códigos surrealistas, narra el viaje que emprenden Fando y Lis -una disfuncional pareja de novios- en busca de la ciudad simbólica de Tar, donde todos encontrarán la paz y la alegría. Sin embargo deben enfrentar ciertas pruebas que se les atraviesan en el camino, en clara alegoría al mito de la caverna platónica.


ESTRENO Y POLÉMICA

    La cinta fue estrenada el 17 de noviembre de 1968 durante la XI Reseña Internacional de Acapulco. Sin embargo, debido a la crudeza de las imágenes y al hecho de que su estreno ocurrió menos de dos meses después de la Matanza de Tlatelolco, el público asistente comenzó a manifestar su descontento con abucheos, insultos y arrojando cosas a la pantalla en señal de desaprobación, cuando no abandonaba la sala de cine; provocando el consiguiente tumulto y, en medio de los ánimos caldeados, el mismo Jodorowsky tuvo que escapar del lugar, en medio de pedradas de los asistentes, para evitar su linchamiento.

    Estos violentos incidentes, aparte de haber causado la abrupta clausura del festival fílmico (para no volver a realizarse jamás), provocó comentarios bastante negativos por parte la comunidad fílmica -entre ellos Raúl de Anda, Servando González y hasta el mismo Emilio Fernández, quien amenazó públicamente con asesinar a Jodorowsky- y de la sociedad mexicanas en general por lo que, en vista del escándalo suscitado, la película fue prohibida por el gobierno del presidente Gustavo Díaz Ordaz. Sin embargo la cinta fue defendida por Roman Polanski, quien estuvo durante la Reseña en compañía de su esposa Sharon Tate, para promocionar su film La semilla del diablo. Este apoyo de Fando y Lis por parte de Polanski fue considerada una manifestación pública de apoyo a la obra de Arrabal y al cine de Jodorowsky a nivel internacional.

    La película estuvo prohibida hasta 1972, cuando finalmente se autorizó su estreno comercial, pero con la salvedad de que se hiciera en una sola sala de cine y bajo la clasificación moral de autorizada únicamente para mayores de 21 años. Dicho estreno se realizaría el 8 de junio de ese año en el hoy desaparecido Cine Roble de Ciudad de México, la cual obtuvo buenas críticas y un considerable éxito de público.


CURIOSIDADES

    En esta cinta aparece también Juan José Arreola.

    Se dice que apenas un quinto los asistentes al estreno original de la película en 1968, se mantuvo en la sala de cine hasta el final de la misma.
   
    A raíz del escándalo por la exhibición de esta película, Servando González pidió la expulsión de Jodorowsky de México, en base al artículo 33 de la Constitución de ese país; sin embargo esto nunca llegó a suceder.
   
    Poco después de las amenazas de muerte por parte de Emilio Fernández a Jodorowsky, aquel se disculpó públicamente por ello.

    La película está dedicada a la memoria de Samuel Rosenberg, hijo del joyero Moshe Rosemberg, quien también fue uno de los actores y coproductores de la película, y falleció a los 26 años de edad en un incendio ocurrido en su departamento, poco después de la filmación de esta cinta.


ELENCO

Sergio Kleiner ... Fando; Diana Mariscal ... Lis; María Teresa Rivas ... Madre de Fando; Tamara Garina ... Papisa; Juan José Arreola ... Hombre elegante con un libro; Julia Marichal ... Mujer con látigo; Alejandro Jodorowsky ... Titiritero; Carlos Ancira ... Narrador; Valerie Jodorowsky ... Mujer seductora / Mujer con una férula; Graciela R. de Mariscal ... Artista; Fuensanta ... Cabaretera; Elizabeth Moore ... Lis (niña); Vicente Moore ... Fando (niño); Rafael Corkidi ... Padre de Fando / Hombre elegante con barba; Alfonso Toledano ... Doctor; Samuel Rosemberg ... Hombre elegante con un bastón; René Rebetez; Amparo Villegas; Miguel Álvarez Acosta; Raúl Romero; Julio Castillo; Adrián Ramos; Antonio Cepeda; Henry West; Luis Urias; Tina French; Freddy Marichal; Alejandro Romero; Hector Mariscal; Rosita Oliver; Greta Cohen; Basha; Miguel Kafka; Pablo Leder; Alina Sánchez; Roberto Cirou; Ricardo Montejano; Gabriel Weiss; René Alís; Sergio Rendon; Carlos Acosta; Roberto Colmenares; Jacqueline Ducolomb; Carlos Savage






 
VÍDEOS


Taller de teatro sobre Fando y Lis



Teatro de Cerca. Video promocional. Fando y Lis



Dirección del profesor Juan Gabriel Moreno. Fando y Lis



Film de Jodorowsky

















viernes, 13 de abril de 2012



(1 de 2) Diferentes puestas en escena de Fando y Lis




Fando y Lis: arte versus discapacidad. CIA El Tinglao

David Ojeda Abolafia
Director de la Cía. El Tinglao


En este artículo planteo la evolución que ha tenido el montaje de Fando y Lis que estrenó la Cía. El Tinglao, así como sus diferentes momentos durante el año de vida que vive viajando hacia Tar. Sería "…largo de contar, eterno…" en palabras propias de Mítaro y Namur, conque espero sirva para que en el futuro, cuando ya no exista, siga rondando la idea infinita de este viaje que siempre tuvo su sentido, y su fin.




Fando y Lis como intención


"Sin embargo, no debemos dejarnos influir con exceso en nuestros juicios sobre los primitivos por la analogía con los neuróticos. Es preciso tener también en cuenta las diferencias reales. Cierto es que ni el salvaje ni el neurótico conocen aquella precisa y decidida separación que establecemos entre el pensamiento y la acción. En el neurótico, la acción se halla completamente inhibida y reemplazada totalmente por la idea. Por el contrario, el primitivo no conoce trabas a la acción. Sus ideas se transforman inmediatamente en actos. Pudiera incluso decirse que la acción reemplaza en él la idea. Así, pues, sin pretender cerrar aquí con una conclusión definitiva y cierta la discusión cuyas líneas generales hemos esbozado antes, podemos arriesgar la proposición siguiente: en el principio era la acción".



Freud, S: Tótem y Tabú; Obras Completas, Ed. Biblioteca Nueva, Madrid, 1996, pág. 1850.




Comienzo de cualquier manera ahondando en lo que definiría por excelencia al cometido del teatro: la acción, y cómo en el fondo de esta obra de Arrabal, la manifiesta tragedia a la que se asiste, y como motivo de la máxima de este género anclado en el origen de la cultura occidental escénica en Grecia, vuelve a ser, la acción, la encargada de definir y ensalzar su manifestación.



Asimismo, es interesante ver cómo el legado del "Teatro Pánico" se afianza en diversos conceptos de esta cita. Quizá no sólo es pasto de la neurosis social imperante en el occidente contemporáneo, sino que como resultante de la tradición surrealista desde donde nacen sus creadores, Jodorowski, Topor y Arrabal, se nutre de la visión del subsconciente y la inmensa marea de trabas de la conducta que aflora a través del onirismo, de la obsesión y con ello del mundo de censuras que ahonda en el análisis freudiano. Si observamos la idea de la película creada por Arrabal y Jodorowski sobre esta obra, Fando y Lis, vemos de forma clarísima las intenciones y las influencias.



Por un lado, el rito en la envoltura de las ideas de la vida y de la muerte, así como las pasiones narradas en un distanciamiento, abren plenamente el mundo de los dos personajes, como protagonistas afectados desde su inicio vital por el sinsabor del mundo, con sus obsesiones, que les convertirán en dos ditirambos en busca de ideales y utopías imposibles, como abunda en la fábula de Tar. Dos marginados cotidianos, como podrían ser en un intento de realismo en la connotación de la obra, protagonizan un rito tragicómico para quizá exorcizar sus culpas, recibidas, pero aumentadas por su imposibilidad de extrovertir, a través de convulsas y espúreas formas no aclimatadas en la rectitud de la moral social. Como dos marginados viven ausentes, al margen, inclusive de los visitantes marginales, que tienden a exagerar la situación de la pareja, a pesar de su tremendo caos vital, me refiero a los hombres del paraguas.



Entre la neurosis y la paranoia de Fando y la discapacidad física evidente de Lis se rasguea esta obra, que podemos abordar desde muchos lados, donde la relación casi sadomasoquista hace que la sinrazón lleve a la fatal solución de la pareja, la muerte de Lis en un rapto de locura de Fando por una nadería. La pasión desbordada y la enajenación total de los personajes es cauce por donde la obra muestra una tensión muy diversa, entre la comedia y la tragedia, en una tensión dramática espectacular.



La abundancia en registros diversos —asistimos a una tensión propia de ese conglomerado de invención hispana que comienza en La Celestina—, hace de esta obra una creación dramática de sumo interés. La intención al proponerla como elemento práctico para un análisis cualquiera, hace necesaria la explicación, de corte artístico, además de la intención estética, propia de la ecléctica manifestación estética a través de mi dirección artística de casi tres lustros de una compañía de arte escénico como El Tinglao, intentando hacer una propuesta innovadora desde su trayectoria.



El motivo de un rito nos lleva directamente al planteamiento de la muerte de Lis no como un acto individual a manos de Fando, que proyectándolo podría ser la muerte de muchas mujeres, en un anecdótico derrotero de análisis desde la violencia de género, sino que además es un sacrificio en tanto que el coro que asiste en la distancia navega en la sinrazón de muertes rituales en distinta forma que podemos ver el análisis de Freud de la anterior cita, además de una consideración extrapolable a cualquier cultura en un comentario de índole antropológico. La muerte de Lis sirve de liberación a Fando, o es quizá un aumento en la obsesión para el resto de su existencia. Así en análoga tendencia, la muerte ficticia a través de la no consideración de la persona con discapacidad por la sociedad, la libera falsamente para siempre o logra una situación de constante vuelta al conflicto, al caballo de cómo sentirse ante la negligencia y la displicencia como sociedad ante la persona con discapacidad. La muerte no suele solucionar el conflicto emocional como se sabe, así como el olvido de un apartado social no suele ser la mejor vía para el desarrollo del ser humano en la sociedad. La muerte como síntoma poético del olvido práctico nos debiera arrojar un análisis ulterior, vaya que quedemos indemnes como los hombres del paraguas ante la coréutica manifestación voyeur que manifiestan durante toda la historia.



Así, dos personajes discapacitados como Dionisos (ver Medina Vicario, M: Los géneros dramáticos; Ed. Fundamentos, Madrid, 2000) avanzan en el escenario. Fando es interpretado por un actor sin discapacidad, egresado de una Escuela de Arte Dramático. Lis es una actriz que presenta una deficiencia física secuela del virus de la poliomielitis que afectó en una basta epidemia a muchas familias al inicio de la década de los sesenta, actriz que forma parte de la compañía desde los inicios. En este sentido, la función entre actor sin deficiencia que representa a personaje con una discapacidad evidente, paranoide, se pone en evidencia directa con la deficiencia de la actriz que interpreta al personaje afectado con una discapacidad física. Ambos encuadran una polisemia dentro del signo teatral, dándose la circunstancia que está siendo eco en muchos análisis del arte escénico y del mundo de la representación, en el caso del cine, donde comienza a plantearse qué ocurriría si los personajes que aparezcan con una discapacidad fuesen interpretados por personas con deficiencia manifiesta.



Es interesante la valoración que hace este autor en este excelente libro sobre la deformidad de Dionisos y los orígenes deformes de la teatralidad griega en su mitología.



Éste es uno de los puntos de mayor intensidad que deseo mostrar en este artículo, cuando comience a generalizarse esta situación se plantearían diferentes puntos de debate: es la práctica artística una evidencia en tanto que se realiza una asimilación entre sujeto y objeto de expresión, de tal forma que no exista el rasgo de convención inicial que apuesta por la separación del mundo del sujeto como hecho ligado a la realidad y el del objeto, en este caso el personaje, como elemento de ficción; además, en este orden, podría pensarse qué ocurriría si un personaje con otro tipo de afectación emocional o social, ligado a la tara en tanto que no tenga una autonomía considerada pueda ser comprometido a la actuación; o asimismo, qué hacer cuando actores han realizado películas en un orden de guión que se ha ajustado con la situación marital, por ejemplo, en Hijos de un dios menor, donde el proceso de transferencia de sujeto a objeto fuera de orden similar al que nos referimos con la interpretación de Fando y Lis. O el contexto en que en diversas series televisivas de una cadena y en una hora de máxima audiencia haya aparecido un actor con deficiencia interpretando uno de los personajes.



En este sentido, qué pasaría si un loco o un toxicómano representasen su papel en escena. En lo particular, y es ahí donde aparece el hecho extraordinario de este artículo, se da la casualidad de que el arte se encuentra en un debate inicial donde plantearse esta posibilidad expresiva de que personas con deficiencia se conviertan en artistas de la escena, en donde no se connota ni peyora la función dramática, sino que acontece como si fuera expresada por un artista sin deficiencia, y que por el contrario no tiene relación ninguna con una persona con otra disfunción. Es aquí donde podemos asistir a un universo de nuevo orden, estableciéndose una paradoja que no es equiparable a otras propuestas de creación como la cita fílmica anterior, o como el caso de la intromisión de una persona con minusvalía social en la toxicomanía u otro apartado, en tanto que la situación novedosa es que no existe ninguna cortapisa ni ninguna maraña salvo que la ejecución busque la excelencia artística por encima de todo.



Este debate abre otra posible nota para analizar. Si existe la posibilidad de esta identificación evidente en tanto que el elemento objeto se refiera al primer plano sígnico, se produce un salto cualitativo sin parangón en lo que sería una segunda lectura en el componente del signo artístico en el desarrollo de este montaje. Se puede dar la casualidad de que en el caso de un actor con problemas de alcoholismo haga la película reinterpretándose a sí mismo. Pero qué sucede cuando un artista con deficiencia psíquica junto a otro con deficiencia física, pudieran actuar en los personajes de Mítaro o Namur, o cuando una persona más con deficiencia física, llamado despectivamente, enano, pequeño en su mundo, y persona con problemas de crecimiento en otro orden, ejecutase el otro tercer personaje, Toso. Este planteamiento, no ha sido el que se ha desarrollado durante el montaje, pues fueron otras actrices con distinta capacidad, las encargadas de hacer el rol de coro. Esto nos hace mirar de manera espectacular a estas mujeres que interpretan al coro, a los hombres del paraguas, antítesis propuesta para jugar en rol de hombre y mujer según conviniese, y recordando el elemento de la tragedia clásica, añadiendo su afinidad al humor con la dramaturgia de Arrabal. Asimismo, su aspecto y su carácter en la actuación, ligando en el recuerdo a ese coro de las Bacantes que siendo seres discapacitados por la sociedad, al ser mujer en la sociedad griega no tenías las mismas garantías que al ser hombre, nos muestran en paradójica circunstancia la ceguera y la negligencia que la sociedad voayeur tiene ante las personas afectadas por alguna deficiencia, y ahondando en la interesante circunstancia de que el ejecutor de un personaje sin discapacidad sea un actor con deficiencia.



Evidentemente, se percibirá cierto rasgo del Performance en la intención de que arroje una lectura impactante al público, así se puede recuperar algo de la tradición de la vanguardia llevada a cabo por el autor y sus compañeros del Grupo Pánico. En una continuación con la propuesta, se persigue una introducción en la ritualidad también en tanto que el público pasa por medio de la escena al comenzar la obra, asistiendo a una instalación plástica reflejo de la temática y el componente estético de la creación, y ahondando en ese guiño del Happening que también utilizaron como medio expresivo los componentes de este colectivo artístico vanguardista.



Esta situación descrita anteriormente, donde una persona con deficiencia interpreta a personajes sin deficiencia, es uno de los motivos fundamentales de mi análisis, pues no se da la garantía de que sea aprobado en cuanto que el universo real se entraña directamente con el de ficción en muchas tendencias artísticas de la representación. La ficción, que cuesta que sea definida en sí misma, se dispara en la escenificación a partir de este hecho, paradójico en estilo realista o naturalista, aun atendiendo a la deformación de los personajes que se debiera tener como convención en el acto de la diferenciación de estilos, si es que se realiza por una persona con discapacidad. En el caso de una creación en el estilo realista nace una lectura difícil de evolucionar en el campo escénico, sobre todo, por la falaz nivelación de la creación realizada en este estilo y la asimilación con la realidad que en primer lugar opera en muchos centros docentes. Esa idea de que el personaje parte del actor, y en un momento dado se subliman, mientras no se atiende a las capacidades y cualidades de la persona y la pedagogía aprehendida en función de la categorización de hacerse actor para luego construir personajes. Las escuelas que han entendido erróneamente la convención teatral y extienden sin más rigor propedéutico el método psicologista como medio de expresión para cualquier estilo, falacia inaguantable hasta la saciedad, nos llevan a una consecuencia como segunda lectura en tanto que para la recepción más general opera una osmótica sensación de equiparar al personaje y al actor en este estilo, con lo que en el caso de los actores con deficiencia, no sabríamos muy bien cuánto se debe a lo que la persona es y cuánto a lo que el personaje demandaría.



En el caso de otros estilos se podría observar una enorme diferenciación, frente al caso del realismo y el naturalismo comentado, aunque siempre que haya una técnica demarcada no tendría por qué afectar en ningún modo esa nivelación aparente y operante que apreciáramos en un primer momento. Sin embargo, el no entender el teatro como una vivencia de la realidad, sino una convención apoyada en la ficción, podría dar como resultado, por fin, que se pueda apreciar en esta intención estética que expongo una analogía con el detalle de teatro total en el acto de unificar actores de diferentes culturas y tradiciones escénicas que ha realizado, como sabemos durante más de treinta años, Peter Brook. En este sentido, por ejemplo, su Hamlet interpretado por un actor de color, o la versión cinematográfica de la obra de Shakespeare Mucho ruido y pocas nueces de Kenneth Branagh donde el príncipe español lo hacía el actor de color, "oscarizado", Denzel Washington. Este debate ha pronosticado que el referente escénico realizado por personas con discapacidad tenga una garantía de arte definitivo, en donde al igual que el detalle del personaje de Lis de la Cía. El Tinglao, como en las compañías de la Fundación once, por ejemplo, donde las obras con personajes con ceguera sean los mismos ciegos quienes lo hagan, además de incurrir en el riesgo creativo de expresar un personaje sin discapacidad por un actor con deficiencia, por una mayor paradoja artística, nos propone en sentido contrario el que se lance una dimensión pleonástica y estéticamente valorable por la sublimación de la presencia de la persona con la identidad del personaje en otros momentos. Así pues, todos estos cometidos, la ficción de un personaje con deficiencia actuado por una persona con deficiencia, la ficción de un personaje sin deficiencia realizado por un artista con deficiencia y la representación de un personaje con deficiencia actuado con un artista sin deficiencia operarían en el mismo sentido artístico y estético, siempre que se logren los objetivos de excelencia buscados.



En el caso del montaje de Fando y Lis, en la búsqueda de esta aparente paradoja, intenté hallar que el elemento sonoro apostado en el signo del tiempo en que transcurre la obra, con una música original para el montaje, fuese interpretado por un músico ciego, si bien no ha sido fácil encontrarlo, todavía no quita para que pueda encontrarlo en futuras representaciones. El espacio de teatro ritual inherente al estilo de "Teatro Pánico" lo hemos ajustado con una referencia completa al introducir este aporte musical. Asimismo, nos acercamos al drama griego en toda su factura, pero también al drama del teatro oriental, conocido por la fábula y su designio social, conocido por la búsqueda en la excelencia de la interpretación, como la que nosotros hemos intentado, y buscamos que sea comentada la referencia estética y artística por esa excelencia de los actores y actrices que la interpretan y no por sus formas originales. No es cierto que todo el mundo conozca la fábula de Fando y Lis, pero sí que hemos ajustado que el público asista desde el inicio a un final sabido, para así no caer en la sorpresa del teatro occidental y dirigirnos a una solución trágica en género y estilo. El corifeo que hemos introducido es el término de figura del teatro medieval y continuado hasta el barroco, donde en vez de actuar como personaje en juicio hacia el protagonista y el antagonista, así como su debate con el coro, lo hemos dejado en una incapacidad artística para su expresión oral, siendo una paradoja en el entramado de género y estilo al que nos estamos refiriendo. En este caso, y casi como homenaje a esos corifeos visionarios como el de la locura de Casandra o la ceguera de Tiresias, se intentó que fuera un actor con lesión cerebral, que presentaría rasgos de deficiencia análogos al de una persona con parálisis cerebral. Así creeríamos que estamos dando referencia de todas las deficiencias posibles, si bien no de todas las específicas, en tanto que la deficiencia sensorial, intelectual y física tendrían su representación en esta obra.



En muchos pasos acaecidos desde el origen de la compañía, asistimos con una gran sorpresa a cómo desde la crítica se retoma la especificidad de demarcar a los actores según su raza o género, si es que hubiera ambigüedad, en el caso de las personas con discapacidad. Y así hemos recogido el caso de uno de nuestros integrantes que ha sido rebautizado con el nombre de actor con espasticidad. Es claro que el funcionamiento de la crítica periodística actúa de vate, a modo de vanguardia, y abre, al igual que la literaria y la artística, un debate sobre el arte, añadiendo abundante coro de neologismos con que atilda al referente evaluado. Así no será sorpresa que desde esta posición de vanguardia nominal y de justicia poética lleguemos a saber cómo será la crítica de este montaje, donde esperemos que todo este hecho natural se vuelva ficticio y verosímil a la vez en cada representación realizada.



No quisiera dejar de ver que el montaje recorre en forma ecléctica una idea que tiene su base en el movimiento surrealista y en ciertos aportes de las vanguardias. Así, tomando desde el referente escénico, desde el estilo y género que se asume como código de representación, así como el hecho en sí de la actuación de actores con y sin discapacidad, se intenta verter una idea revulsiva y novedosa entre lo actual y la herencia, que den al trabajo un corte especial para un receptor general. En ello trabajamos y el resultado en cada representación nos dirá su interés.



Fando y Lis como resultado


Después de esta exposición que vierte el planteamiento inicial que pensé para llevar adelante el montaje, la realidad ha sido otra y la ficción ha dado paso a una evolución propia de la obra, a veces, sorprendente con esta idea de partida.



El resultado estético no ha variado desde ese planteamiento inicial. Muy por el contrario ha ahondado aún más en el interés de propuesta arriesgada que creo se proponía desde su inicio. La crítica periodística ha valorado muy positivamente desde todos los planos ideológicos posibles el documento. Está siendo una sorpresa continuada, si pensamos en el riesgo que un texto como éste presenta.



El mismo autor, tras la noche que asistió a una representación privada, escribió un artículo que envió a diversas personas y medios, en donde plasmaba su admiración y su gran sorpresa por la representación vista. No es momento ni lugar para adscribirse elogios, pues queda en el haber la posible mirada a la prensa del momento, pero siempre que la mirada de un autor y director coinciden en el registro llevado adelante por los actores y actrices, se alza una singular manera de la vida en el arte, se eleva una situación mágica, se consolida una postura para la sociedad que no pasa inadvertida. Sabiendo la cantidad de circunstancias que se tienen que dar para que esto se produzca.



Fando y Lis creció en el plazo de seis semanas continuas, para luego extenderse en ensayos parcelados hasta su estreno. El tiempo de representaciones de hoy día para compañías menores como El Tinglao en cuanto a su distribución sabemos que es imposible de mediar, cada día que añades una la tienes como un enorme éxito, pues el mercado aprecia diversas maneras estéticas encontrando salida a productos más mediáticos en muchos momentos. Nosotros, el equipo que constituye este montaje, nos sentimos agradecidos por toda la trayectoria que hasta ahora se ha producido, y esperamos se siga produciendo. La participación en la gira nacional de la Red Nacional de Salas Alternativas ha dado un vuelco al proyecto inicial y ha consolidado la propuesta en un nivel que es difícil conseguir si no se dan muchas representaciones.



Si hoy día me volviera a plantear la posibilidad de hacer este montaje, esta obra, volvería a coger a las mismas personas, pues a día de hoy, siento que no sería posible mejorar la propuesta, no sería superable si no es con las personas que lo han constituido. La idea del inicio, con la variedad de artistas con alguna deficiencia, bien es cierto que ha variado por diversos motivos, pero la ejecución en escena de la deformidad como elemento referente de la proposición estética del montaje no ha disminuido, se ha mostrado igual de intensa e interesante, y desde luego, ha motivado muchas iniciativas que han sido valoradas por los espectadores en todo momento, especialistas y especiales, pues tampoco se deben obviar la diferencia y diversidad de público con que hemos contado. Quizá su diversidad de opiniones, tan opuestas, haya enriquecido la iniciativa que hemos consolidado, y en la posibilidad infinita de funciones que el ser humano tiene, en la diversidad infinita de funcionamientos estéticos que operan en la presencia de este montaje, se haya dado la riqueza de la propuesta que tanto se ha valorado.


 No sé cuánto más dará de sí esta vida cruenta en la escena que narra la fábula de esta obra, ni su viaje infinito hacia Tar, pero desde luego soñar que es posible viajar hacia todos los lugares que hemos visitado, todos los espectadores que lo han visto y esperamos lo puedan seguir viendo, nos ha dado momentos que serán recuerdo desde este mismo instante. Tar puede que no exista, pero al menos nos queda la libertad de pensarlo, soñarlo, y puede que en esa libertad haya estado la genial idea de Arrabal convertida y representada por nuestra diferente y diversa forma estética y vital a través de nuestro montaje.


David Ojeda Abolafia







lunes, 9 de abril de 2012




FERNANDO ARRABAL TERÁN (1932-_). Fando y Lis


   “Fernando Arrabal Terán nace el 11 de agosto de 1932 en Melilla. En esta ciudad precisamente tiene lugar, el 17 de julio de 1936, el inicio de la rebelión militar contra la República española. Conocidos son ya los avatares de su padre, Fernando Arrabal Ruiz, oficial del ejército de tierra: arresto inmediato por saberlo partidario de las ideas republicanas; conmutación de la pena de muerte por la de treinta años de prisión y un día; intento de suicidio; paso por las cárceles de Melilla, Ceuta, Burgos; simulación de locura; fuga, el 21 de enero de 1942, del Hospital de Burgos, en plena noche, adentrándose por una campiña cubierta con un metro de nieve. La búsqueda del padre constituirá toda una peregrinación, años más tarde, para el joven dramaturgo.


    La infancia y adolescencia de Arrabal (en Ciudad Rodrigo, durante la guerra civil, y en Madrid acabada ésta) está marcada por una impuesta y rígida educación religiosa –estudios primarios con las monjas teresianas; bachillerato con los escolapios; contactos con los jesuitas en el País Vasco y Valencia. A todo esto hay que añadir el ambiente helado y deformador que en su familia, como en tantas otras familias, suponía la simulación o la ocultación de ideas, de símbolos o de personas –aquí, la del padre-; la presión que el poder de la Iglesia, en convivencia con el régimen político, impone sobre las conciencias, particularmente en lo tocante a la moral sexual y a la práctica del culto católico… Con ello nos daremos una idea de las imágenes que el niño y el adolescente hipersensible que es Arrabal va almacenando en la memoria (facultad de la que, según él, brota todo su teatro).


    A sus diecisiete años ocurre un hecho turbador en su biografía: Arrabal descubre unas fotos familiares en las que la cabeza del padre ha sido recortada. A partir de este acontecimiento, el “poeta”, como suelen llamarlo irónicamente en la familia, decide romper con la madre, las tías y el hermano. Las imágenes se fijan para siempre. Al dramaturgo le será imposible desprenderse de la imagen mitificada del padre, enfrentada a la imagen ocultadora y sacrificada, cruel y tierna de la madre. El escritor entre uno y otra… Y ya en sus años de joven maduro… Luce, la universitaria francesa que conoce en el verano de 1954 en Madrid y que será su inseparable compañera a lo largo de su vida y de su obra.


    En 1955 obtuvo una beca de tres meses para realizar estudios de creación teatral en París. Arrabal se hospedó en la Casa de España de la Ciudad Universitaria de París. Quiso la suerte –así se expresa el autor- que sus abscesos de tuberculosis se le renovaran peligrosamente durante esos años de hospitalización en el Sanatorio de Bouffémont y en el Hospital Foch de Suresnes, cerca de la capital del Sena, en el que fue operado. Durante esta enfermedad escribe su tercera obra conocida, Fando y Lis, a la que seguirá Ceremonia por un negro asesinado, Los dos verdugos, El laberinto y Oración.


    Negar la influencia de la biografía (entendiendo por ésta todo el arsenal de recuerdos, fijaciones, ideas y temores archivados por el yo, en sus diferentes capas psíquicas, así como sus posibilidades combinatorias y simbolizantes en el juego del inconsciente), no sólo en la selección temática o argumental, sino incluso en la preferencia por ciertas imágenes obsesivas, personajes, lenguajes y comportamientos, es, o al menos así nos lo parece, negar la evidencia. Con esto no queremos tampoco supravalorar lo biográfico, como si la obra, en su totalidad estructural e ideológica, viniese predeterminada por las vivencias personales del creador.”

(Francisco Torres Montreal)


FANDO Y LIS


    Al leer Fando y Lis es inevitable acordarse de Beckett y su Esperando a Godot y de Ionesco y su Cantante Calva. Aunque en esta obra de Arrabal, la violencia es más explícita: víctimas de maltrato físico y psicológico, incapacidad física y mental, símbolos de opresión extrema (cadenas, esposas)…


    “En el teatro de Arrabal se distinguen tres períodos importantes que, a grandes rasgos, podemos conceptuar de primer teatro (años cincuenta), teatro pánico (años sesenta hasta 1968) y teatro pánico-revolucionario (de 1968 a 1975). Durante estos tres períodos, Arrabal mantiene una tensión vanguardista en lo formal que se corresponde estrechamente con otra tensión más profunda: la que parte de su biografía, rescatada por la memoria y por los sueños. En efecto, la desgarrada biografía del dramaturgo, cuya importancia hemos subrayado, se irá cruelmente explicitando, de modo progresivo, a lo largo de estos períodos. El primer teatro ha sido conceptuado por algún crítico como la etapa del Absurdo arrabaliano”.
(Francisco Torres Montreal)


Fando y Lis es una tragedia, como buen número de obras del Absurdo. Pertenece, al igual que Pic-nic y El triciclo, al primer período. Es una obra en cinco cuadros en la que el humor y la tragedia, el amor y la crueldad, se funden en la búsqueda de un lugar mítico, Tar, que se presta a las más variadas interpretaciones.



¿Qué es Tar?

 
    Para nosotras es esa situación burguesa de bienestar económico, familiar, amoroso, social que todo el mundo desea alcanzar, un lugar mental utópico de plenitud y felicidad. Y, si Fando y Lis podrían ser Fernando y Luce, Tar simplemente podría ser un juego de letras proveniente del soñado bienesTar.  


    Francisco Torres Montreal hace un análisis de algunas interpretaciones sobre el significado de Tar:


    “En el plano denotativo se trata de un lugar geográfico, de una ciudad, con un lago, al que Fando llevará a Lis. 


    En el plano simbólico, Tar ha sido objeto de múltiples interpretaciones. Para Raymond Mundschau se trata de la felicidad de Fando y Lis (Fernando y Luce en 1955). Fando no da crédito a los hechos, todo le parece un sueño muy bonito como para ser verdad; de ahí que vuelva, él y sus personificaciones, a las martirizantes pesadillas del pasado: … habiendo crecido Fernando Arrabal en el mundo de la humillación y de las prohibiciones, del pecado, siendo efectivamente un desequilibrado, agresivo para ocultar su timidez, su miedo a los otros y a sí mismo, celoso como los de su raza, le costó creer en la felicidad que se le ofrecía.


    A. Berenguer da una interpretación menos biográfica. Desde su óptica sociogenética, los grupos camino de Tar representarían a la pequeña burguesía española, en la que se inscribe el dramaturgo, condenada a desparecer por el sistema monopolista de Estado tanto como por el socialista. Según esto, Tar representa las aspiraciones de reconocimiento y subsistencia de esa pequeña burguesía vencida.


    Para el crítico Paul Morelle significaría la Revolución. Explicaciones más comunes y generalizadas son las que ven en Tar el Paraíso de la infancia perdida, la utopía vaga e imprecisa, o el conocimiento. 


    La interpretación que más ha tentado a los directores de escena ha sido la que adivina en Tar la “personificación” de la Muerte. No cabe duda de que esta bella y emotiva solución es la que mejor se adapta al pathos ritual trágico, pues ninguno de los aconteceres humanos puede, en este sentido, igualar a la muerte. Pese a ello, el análisis de las relaciones entre los personajes contrariaría esta interpretación en más de un momento. Lis, que es el personaje más lúcido, junto con Toso, aun presintiendo su final, se nos presenta como el más vitalista de todos. Los hombres del paraguas afirman que nadie ha llegado nunca a Tar (afirmación que no tendría sentido de ser Tar la muerte). Sólo, pues, en un plano onírico se justificaría esta interpretación. Al dar muerte a Lis, pese al gran amor y a la inmensa ternura que le profesa, Fando querría matar los residuos paralizantes maternos que le atormentan.


    Un poco en relación con esto último, el análisis contextual del teatro arrabaliano durante sus dos primeros períodos nos conduce a otra interpretación: Tar es la libertad: en el plano individual-psíquico ante todo, en el plano social por extensión y, por último, en un plano ambiciosamente histórico. Esta libertad sólo la concibe Fando a través de la huida. Por ello, los personajes –que no llegan a ninguna parte- están expresando obsesiva y reiteradamente, por medio del ir a, la pesadilla del no poder huir de, salir de: de los tabúes, de la opresión materna tan brutalmente descrita en El gran ceremonial algunos años más tarde. Con Lis, el sujeto podrá plantearse esta huida como un proyecto de libertad poéticamente expresada, pero vaga e imprecisa en sus contenidos. Una cosa queda clara: el amor de Lis, más decidida que Fando, hará posible el proyecto. Lis comprende a Fando y acepta sus taras y fijaciones, las que Fando le transferirá metafóricamente haciéndola paralítica. Posteriormente –dentro del contexto arrabaliano- el proyecto se precisará: del caminar hacia la libertad auxiliado por el amor se pasará a una fórmula más completa: a la libertad por el amor y para el amor (amor y libertad tienen en Arrabal un mismo antagonista: la opresión).”

 (Francisco Torres Montreal)
 


     A muchos les decepciona la interpretación del propio autor, a nosotras lo único que nos sorprende, es que coincida con nuestra interpretación: En el momento en el que escribo la obra soy yo el “pequeño emigrante”, enfermo, sin recursos. Tar quizá fuera sencillamente mi dicha diaria: el bienestar, el confort burgués. (F. Arrabal)